Me llamo Paloma, como bien sabrás por el título del blog. Lo cierto es
que soy tan indecisa que he tardado la vida en decidir el nombre, así que como tengo pensado ir poniendo aquí pedacitos de lo que soy y de lo que querría ser ¿qué mejor título podría describirlo?
Puede
que no escriba demasiado bien, pero me gusta hacerlo. A veces consigo hacer del
papel (o de la pantalla de mi portátil) alguien a quien contar con palabras lo
que me ocurre. Otras veces es puro amor a las letras. Porque sí, las letras y
yo nos llevamos realmente bien. Me gusta leer, puede que algún día llegues a
saber cuáles son mis libros favoritos- esos que he leído varias veces y que no
me canso de ellos-. Y viajar, viajaría por todo el mundo y aún pensaría que me
quedan cosas por ver- porque odio pensar que es imposible que algún día llegue
a conocer el mundo como la palma de mi mano, aunque a esta tampoco la conozca
demasiado bien. Nadie podría enamorarse de mí por mis manos, porque son como
dos panecillos rechonchos- me lo dijo alguien que me quiere
mucho-.
Tengo
los ojos marrones, como el pelo, la piel clara, y soy terriblemente indecisa,
perfeccionista y soñadora. No soporto mirarme al espejo por las noches, y me
encantan los anuncios de colonias. Ver películas los domingos y hacer fotos
cuando viajo – o reportajes por las calles de mi ciudad con una gran amiga.
Aprieto
el boli al escribir, y me gusta escuchar música rápida- quiero decir cuando corro,
voy en coche o autobús- . Me gusta Mafalda. Toco el piano y sé hablar francés,
inglés y algún día alemán. ¿Qué más da? A veces las palabras no hacen falta
para entenderse. Y estoy en camino de ser médico.
Y
puede que ya esté bien de hablar de mí, y empezar a escribir de verdad- bueno,
en realidad a escribir a mi manera- porque poco a poco, si quieres leerme,
podrás conocerme un poco más.
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