viernes, 28 de agosto de 2015

   Creo que nacemos con la vista cansada. O con los sentimientos cansados- aún no lo tengo muy claro. El caso es que vemos mejor de lejos que de cerca, y eso puede llegar a ser muy triste.
   Cuántas veces apreciamos los monumentos solo por ser antiguos, las palabras que guardan polvo desde hace años entre las páginas que algún poeta escribió en un ahora, que ahora ya es ayer. Cuántos recuerdos nos parecen más felices que los momentos que vivimos, y cuántas veces viajamos entre ellos en lugar de comprar un par de billetes y coger un avión a visitar el presente en compañía de alguien que haga que el viaje merezca la pena.
   ¿Qué me dices del futuro imaginado mientras el reloj marca despacio los segundos que quedan para que este llegue? ¿De todo aquello que planeamos mientras esperamos que finalmente no acabe cayendo en picado contra el suelo de la realidad? Que porvenir es una palabra compuesta, y la vida es más simple, y lo que esté por venir, ya vendrá.
   Esperamos, recordamos. Recordamos lo que esperábamos, y volvemos a esperar. ¿Y vivimos? Eso depende de que algún día nos demos cuenta de que esas palabras de ocho letras, recuerdos, momentos, porvenir, se van sucediendo correlativamente al ritmo de la manecilla más rápida del reloj, y que tenemos que darnos prisa para atraparlas al vuelo.

  Que tenemos que vivir para que cuando lleguen los momentos que un día esperamos, la espera haya merecido la pena y los recuerdos que entonces tengamos, consigan librarse de ella.
                                                                                                                                    P·G

lunes, 24 de agosto de 2015

Hoy voy a hablar sobre mí, o al menos, sobre una pequeña parte de lo que soy. Puede que a muchos no les interese, qué se yo. El caso es que hace poco me lo pidieron. Amanda Breaths, espero que esto pueda ayudarte.

Antes
Creo que ya lo he dicho alguna vez; soy tremendamente indecisa. Así que imaginarás que para decidir el camino que quería tomar me hizo falta mucho, mucho tiempo. Tanto que hasta el último día no llegué a decidirme del todo.
Desde pequeña, me gustaba jugar a los médicos. Mi madre, que es enfermera, me daba gasas, jeringas y algunas cositas más con las que ampliaba mi material de hospital de colorines. También veía la serie “Érase una vez el cuerpo humano”, una y otra vez, y como era curiosa, las cosas relacionadas con el cuerpo humano me gustaban.
Sin embargo, mi indecisión me lleva a que me gusten muchas cosas, y claro, elegir una entre tantas se vuelve complicado.
Cuando llegas a Bachiller, sabiendo que una de tus posibles opciones es medicina, te agobias un poco – en mi caso bastante, porque soy muy  perfeccionista, y quería, en el momento de tener la nota de selectividad, poder elegir- así que para mí, segundo de bachillerato no fue muy agradable. Aún así, tengo recuerdos bonitos de ese año, porque en mi instituto hicieron un viaje de una semana que me sirvió para olvidarme un tiempo de los estudios, o las vacaciones de navidad, y algunos fines de semana… Después de haber acabado bachiller, mi recomendación es esforzarse pero saber descansar. Aunque dé miedo la selectividad, a pesar de los nervios –que siempre van a estar ahí- poco a poco, conforme vas avanzando los exámenes, se van pasando y empiezas a pensar – al menos en mi caso- que no pasa nada, que la nota no es tan importante, que no solo existe el camino de medicina para ser feliz, y que no solo existe el camino de esos exámenes de selectividad para llegar a medicina.

Durante
Cuando finalmente te decides por entrar en medicina, en mi caso, seguí dudando si había hecho lo correcto. Pensaba “es que a mí me gusta escribir, y quiero estudiar otras cosas, y quiero hacer otras cosas…”, pero sin embargo creo que una de las mejores sensaciones del mundo tiene que ser tener en tus manos una vida a la que puedes salvar, y no solo de las enfermedades.  Este año – mi primero- he aprendido, además de muchas cosas sobre el cuerpo, muchas cosas sobre las personas. Medicina es ciencia, sí, pero también es una carrera de arte, en la que escribir puede ayudar a salvar vidas, saber del mundo, de arte, de música, de viajes… también. El enfermo que le llega al médico, busca en este alguien que lo salve, se pone en sus manos, se entrega al médico preso del miedo y busca también- aún sin pedirlo con palabras- su compañía. En mi facultad- la de Málaga- me han enseñado, que no existen enfermedades sino personas, y tenemos que tratar a estas últimas y no solo a las primeras.
Centrándonos ahora en lo teórico, no voy a mentir. Es duro. Muchas prácticas que ves que son puramente teóricas, exámenes que te exigen demasiado, vas viendo como solo estudias y memorizas, día tras día… Pero es el primer año, y lo importante es tener claro qué es lo que quieres llegar a ser, y no rendirte porque lo que estés estudiando no sea lo que más deseas. Creo que vale la pena al final. El contenido en sí es interesante, la carrera dura, pero ahora que es verano- y que en este primer año no me ha quedado ninguna  asignatura- me doy cuenta de lo mucho que me acuerdo de lo que he aprendido.  Yo tuve la oportunidad, porque mi madre es enfermera, de que me llevaran con algunos médicos de su hospital a acompañarles durante su trabajo,  y la verdad es que se aprende mucho cuando el objetivo es aprender y no aprobar un examen.
Lo cierto también es que da miedo pensar en los muchos años que te vas a tirar estudiando mientras todos tus amigos, poco a poco, vayan acabando sus carreras. O los muchos tochos de apuntes que vas a tener que aprenderte para el examen del MIR. O la enorme responsabilidad que vas a tener siempre, que otros pongan su futuro en tus manos y te crean capaz de salvarles.
Sin embargo, creo que merece la pena. Aún es pronto, pero creo que las gracias de alguien a quien has ayudado, van a ir pagando poco a poco los años de estudio.
Aún no puedo hablarte de mucho más, no sé muy bien que especialidad quiero hacer- mis ideas son: neurología, oncología infantil, ginecología, pediatría….
Poco a poco iré aprendiendo y si algún día cambio de idea, siempre podré tomar otro camino. Y estoy segura de que no habrán sido años perdidos, porque haber conocido gente que piensa como tú, gente con corazones- aunque suene un poco cursi- enormes, merece la pena.

Y ya por último, voy a hablar de un libro. Y de uno de sus autores.

Es un libro sobre ciencia, sobre la vida, y sobre la enfermedad. Te cuenta una serie de cosas sobre el mundo, sobre cómo funciona este desde el punto de vista científico. La mayoría de las cosas, si has hecho el bachillerato de salud o si te gusta la ciencia, ya las has aprendido. Sin embargo te enseña cómo se puede luchar por la vida, y como el médico puede ayudar a hacerlo no solo con medicinas sino con palabras y ánimos.
También me dio personalmente muchos ánimos este libro, pues uno de sus autores, Salvador Macip, es médico, investigador y escritor. Para mi fue un ejemplo de que no tengo que abandonar las letras por haber elegido este camino.
Le envié un correo y aquí os dejo una de sus respuestas:
“Yo soy el ejemplo de que se pueden hacer varias cosas a la vez, pero ya te aviso que no es fácil. Requiere voluntad y dedicación. Pero para mí escribir, la ciencia y la medicina son tres pasiones que tengo, y dedicarles horas no me importa. Si te lo pasas bien haciendo algo es mucho más fácil invertir esfuerzos en ello. Espero que consigas todo lo que te propongas!”

Y esto es todo, una pequeña parte de mí. Pronto os traeré un texto que compense este tocho.
Besos,

                                                                                                                                    P·G

viernes, 21 de agosto de 2015

Domingo



    Este domingo fue uno de esos típicos domingos en los que no hay planes y decido quedarme en casa. Como tantos y tantos otros en invierno -con la diferencia de bastantes grados centígrados más, y bastante ropa menos. Aún así, decidí tomármelo como uno de esos domingos en los que dejas la imaginación volar y te sientes capaz de crear un nuevo mundo - al menos uno pequeñito. Y eso hice. Bajé a la playa y busqué entre las olas piedrecitas, y luego subí a mi casa y me encerré en el estudio. Saqué a la imaginación de su jaula y la dejé volar libre... y esto es lo que decidió hacer; posarse en una rama. 



                                                                                                                                P·G

lunes, 17 de agosto de 2015

Premio Best Blog


Llevando tan poco tiempo en blogger no podía imaginar que al conectarme fuera a encontrarme con este premio. Otra vez más le doy las gracias a Noa. 
Puede que con esto me conozcais un poquito más, así que allá voy...

Reglas
-Agradecer al bog que te nominó.
-Contar 11 cosas sobre ti.
-Responder las preguntas hechas.
-Formular otras preguntas.

 11 cosas sobre mí:
-He empezado a escribir varios libros y de hecho, algún día me gustaría llegar a ser escritora. 
-Soy tremendamente indecisa, así que me va a costar elegir solo 11 cosas sobre mí. 
-Me gusta decorar y hacer dibujos para colgar en la pared de mi cuarto. 
-Me encanta coser con mi abuela y llevar luego la ropa que me hace, porque aunque nos enfademos, la quiero un montón. 
-Estudio medicina y uno de mis sueños es ir a África de voluntariado. 
-Tengo cuatro amigas de siempre y para siempre aunque a veces nos distanciemos. 
-Toco el piano y tengo un violín que espero poder aprender a tocar. 
-Me gusta mucho leer, aunque a veces durante el curso no encuentre tiempo. 
-Mi libro favorito de este verano ha sido "Todos mis futuros son contigo", de Marwan, porque no paro de releerlo. 
-Me encanta ir de viaje, y me gustaría hacerlo más a menudo - aunque sean viajes cercanos. 
- Me gustan los planes en familia, y me encanta la confianza que tengo ahora con mi hermana pequeña. 

Preguntas
  • ¿Cuál es tu sueño?
Tengo muchos sueños, pero- aparte de algunos que he dicho por ahí arriba- me gustaría viajar a todos los sitios a los que tengo planeado hacer.
  • ¿Tienes algún miedo?
Tengo miedo- aunque sea un contrasentido con mi carrera- a las enfermedades, aunque puede que por eso quiera ayudar a las personas que las tienen. 
  • ¿Te gusta leer? Si es que sí, cuéntame qué libro fue el primero que te influenció.
Me encanta leer. Leo desde muy pequeña, así que sería difícil decir cuál fue el primero que me influenció. Pero uno de los que me ha influenciado, por las veces que lo he releído, y por las veces que lo he compartido con gente a la que quiero mucho, es "El cielo está en cualquier lugar", de Jandy Nelson, lo tengo lleno de post-its y anotaciones y me encanta encontrarlo en la estantería y hojearlo. 
  • ¿Qué motivo te hace seguir hacia delante?
Pensar que con esfuerzo puedo conseguir las cosas que quiero y que pienso que me harán feliz, y saber que tengo metas que quiero alcanzar. 
  • Tu mayor locura.
Mi mayor locura... la verdad es que creo que las locuras que he cometido no pueden considerarse "mayores". Sigo esperando cometer alguna que merezca la pena contar, y cuando lo consiga, prometo contarlo. 
  • Tu mayor decepción.
Muchas veces me siento decepcionada, no sabría decir cuál es la mayor decepción- ya he dicho que soy muy indecisa. Una de ellas es la falta de respeto hacia las personas mayores, porque me hace sentir muy mal y pienso que hay quienes no se dan cuenta de que no por ser más jóvenes son más que ellos; que todos merecemos avanzar en la vida siendo respetados.
  • ¿Qué te desespera?
Me desespera esperar, sobre todo cuando estoy lista para salir de casa pero todavía mis padres no lo están o queda un rato para la hora. 

Mis preguntas:
-¿Cuál es la película que, en tu opinión, no se podría dejar de ver?
-¿Y el libro que todos deberían leer?
-¿Cómo te ves dentro de cinco años?
- Di tus tres aficciones favoritas.
-Tu canción favorita.
-Un momento de tu vida que harías inmortal. 

Nominados

domingo, 16 de agosto de 2015

Palabras

Las llaves de un candado oxidado por no abrirse buscan alguien que las encuentre- pero ese alguien también anda perdido.
Se acumulan y pelean, dentro – muy dentro- las palabras, luchando por ver quién será la primera en abandonar la cueva.
¿No seré yo la que en el fondo las encierra?
Presas quedaron hace mucho, poco a poco, se hacen viejas.
            Y tú, ¿dónde andas que no vienes a por ellas?
Nuestras, eran nuestras.
            ¿Recuerdas cuando juntos las sacábamos a pasear?
Yo sola ya no puedo. Te llevaste las ganas. Y hora, tristes, solas – las palabras- esperan la escapada. Sin embargo, solo hay nuevas y nuevas palabras que al entrar, siguen dejando la puerta cerrada. 
                                         
                                                                                                                                     P·G

viernes, 14 de agosto de 2015

El delito del poeta

El poeta se mataba en cada verso que escribía. Era su único delito –pensaba- solo un acto suicida. Sin que llegara a ser consciente de ello, la gente leía sus palabras. Su alma ya vacía se había derramado en letras repartidas por los rincones de su pequeño mundo. En un avión que parte, en una cama en la que hoy ya nadie se peleará por las sábanas, delante de un espejo que hoy solo verá una cara… En tantos y tantos sitios, personas que deciden volcar su alma, vaciarla entera y llenarla con palabras. Y son palabras suyas, son de él y ni lo sabe. Y tantas y tantas gentes con sobredosis de versos, y tantas que matan su alma a base de palabras. Y algunas que no se dan cuenta, otras que lo pretenden, y todas sin remedio autodestrozándose, convirtiendo en pedacitos lo que un día fue alegría, inundando sus venas con palabras disueltas en recuerdos, pero recuerdos de los que duelen y hacen daño. Y él en su cama, vaciando su alma en libretas , sin ser consciente de que no se suicida, que él no es la única víctima. Que un delito de homicidio, sin más pruebas que letras, se extiende por aquellos que cayeron en sus páginas y que no fueron capaces de darse cuenta que el culpable de que sus vidas hubieran tocado fondo, no era otro sino aquel que creyeron que solo escribía poesía.

P·G

Yo

Me llamo Paloma, como bien sabrás por el título del blog. Lo cierto es que soy tan indecisa que he tardado la vida en decidir el nombre, así que como tengo pensado ir poniendo aquí pedacitos de lo que soy y de lo que querría ser ¿qué mejor título podría describirlo?
Puede que no escriba demasiado bien, pero me gusta hacerlo. A veces consigo hacer del papel (o de la pantalla de mi portátil) alguien a quien contar con palabras lo que me ocurre. Otras veces es puro amor a las letras. Porque sí, las letras y yo nos llevamos realmente bien. Me gusta leer, puede que algún día llegues a saber cuáles son mis libros favoritos- esos que he leído varias veces y que no me canso de ellos-. Y viajar, viajaría por todo el mundo y aún pensaría que me quedan cosas por ver- porque odio pensar que es imposible que algún día llegue a conocer el mundo como la palma de mi mano, aunque a esta tampoco la conozca demasiado bien. Nadie podría enamorarse de mí por mis manos, porque son como dos panecillos rechonchos- me lo dijo alguien que me quiere mucho-.  
Tengo los ojos marrones, como el pelo, la piel clara, y soy terriblemente indecisa, perfeccionista y soñadora. No soporto mirarme al espejo por las noches, y me encantan los anuncios de colonias. Ver películas los domingos y hacer fotos cuando viajo – o reportajes por las calles de mi ciudad con una gran amiga.
Aprieto el boli al escribir, y me gusta escuchar música rápida- quiero decir cuando corro, voy en coche o autobús- . Me gusta Mafalda. Toco el piano y sé hablar francés, inglés y algún día alemán. ¿Qué más da? A veces las palabras no hacen falta para entenderse. Y estoy en camino de ser médico.

Y puede que ya esté bien de hablar de mí, y empezar a escribir de verdad- bueno, en realidad a escribir a mi manera- porque poco a poco, si quieres leerme, podrás conocerme un poco más.